¿ Habrá suerte mejor que ser la ceniza
de que está hecha el olvido? JL Borges
Búsqueda y encuentro.
Despierto de repente de mi sueño profundo en mi adolescencia
y no puedo hablar con vosotros, ni conoceros,
habíais partido, y no puedo encontrar vuestra palabra.
¿dónde estáis? ¿cómo inicio mi búsqueda?
No me detiene ahora la belleza clásica,
la bucólica de Teócrito,
la perfección de Virgilio,
ni el atractivo misterio del medioevo,
el laberinto del barroco,
o la inteligencia poética occidental;
quiero la verdad de mi instante, recién llegado a mi mundo,
en mi camino hacia mi integridad,
en busca de vuestra materia poética, que necesito
para situarme en el entorno que me corresponde
por mis ideales, por mi temperamento,
por mi amor inalienable hacia la verdad y la vida.
A la palabra corresponde darme respuesta,
a mí la búsqueda de vuestro pensamiento,
a ellos, sólo a ellos “ay” el arrepentimiento, la vergüenza, el desasosiego.
Con inquebrantable fortaleza en la búsqueda poética,
investigo en las librerías de viejo, en los romances de los pueblos,
en los libros ocultos de mis padres,.en las bibliotecas,
y me invade un temblor, quizás un estremecimiento,
cuando leo vuestros versos, sin respirar,
absorbiendo el hálito personal que llega hasta mí,
impregnándome con la fuerza de vuestra
inmensa, personal, irrepetible identidad.
¿Cómo explicar que ya no debo buscar,
que os encuentro tan cerca de mí,
diluyéndose vuestra estatura poética
en mi mente y en mi corazón?
Yo asumo también la culpa del silencio, del desmayo integral,
de la mirada sesgada hacia otros espacios y, al encontrarme con vosotros,
anonadado por vuestro espíritu poético,
repaso con avidez la palabra que me viene, ahora sí, en oleadas
de espléndida y hermosa creatividad.
Cuando transcendéis en mi alma abriéndose mis puertas desde adentro,
ángeles etéreos os anteceden desde el espacio,
¿son mis cuatro ángeles mayores, Miguel, Rafael, Uriel, Gabriel,
quienes me han dado el poder hermenéutico para absorber vuestra palabra,
o es que mi espíritu estaba dispuesto y mi voluntad enunciada?
¡Que todo el universo descienda sobre mí,
que mi poesía se convierta junto con mi cuerpo
en la ceniza de vuestro olvido y logre nuestra síntesis
transformarse en una palabra única y liberadora!